El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo
y con nombre la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tiene el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en ese misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
La vida sin misterios que intentar descifrar y comprender sería muy aburrida ¿no te parece, Josep Mª?
ResponderEliminarMe parece un buen blog y lo seguiré a menudo. Un abrazo.
Hola Josep, resulta muy grato y relajante asomarse a este "Calaix de Sastre". Lo que vas guardando en su interior, es muy hermoso.
ResponderEliminarSaludos.
Sag